Presentamos el blog

Presentamos el blog

Un grupo de profesores y profesoras muy próximos a la Biblioteca tomamos la iniciativa de confeccionar este blog que se presenta con la finalidad de compartir experiencias en torno a la lectura. Es intención de los creadores de este blog que sea abierto a toda la Comunidad Educativa, tanto en la confección de las entradas como en los comentarios que puedan hacerse sobre los temas que se traten. Os invitamos a participar y convertiros en sus protagonistas.

miércoles, 7 de noviembre de 2018

V Premio literario de relatos Fundación Trinitario Casanova

Informamos a todos los escritores y escritoras del IES Aljada de que se ha convocado el V Premio Literario de Relatos "Fundación Trinitario Casanova". El tema sobre el que deben versar los relatos es "Ciudades". Os animamos a participar en este prestigioso certamen, destinado a alumnos y alumnas de ESO y Bachillerato de centros de la Región de Murcia. ¡Los premios son muy generosos! Tenéis de plazo para presentar vuestros trabajos hasta el 11 de marzo de 2019. Podéis consultar las bases en el siguiente enlace: www.trinitariocasanovafundacion.es


7 de noviembre, Primer Día Lector del IES Aljada

Miércoles, 7 de noviembre,tercera hora: ¡todo el mundo a leer!  
Esta mañana, durante una hora, los alumnos y profesores del IES Aljada hemos detenido nuestras tareas habituales para disfrutar de la lectura de un libro de nuestra elección. Además de enriquecernos con la lectura silenciosa de nuestro libro, hemos compartido esta experiencia con nuestros compañeros, leyendo en voz alta algún párrafo que nos ha gustado especialmente o intercambiando recomendaciones de lectura. 
En esta ocasión la temática escogida ha sido "La literatura de terror". Desde el instituto invitamos a alumnos y profesores a hacer una incursión al lado más oscuro de la literatura y temblar de miedo o de inquietud con los protagonistas de relatos de terror clásicos y actuales. 
¡Feliz y terrorífica lectura!






sábado, 29 de septiembre de 2018

Día Europeo de las Lenguas en el IES Aljada

El pasado día 26 de septiembre se celebró el Día Europeo de la Lenguas como homenaje a la diversidad lingüística de un continente, para fomentar la diversidad cultural y lingüística y animar a las personas de todas las edades a que aprendan idiomas. 
El IES Aljada se unió a esta celebración con la elaboración de murales con mensajes escritos en todas las lenguas maternas de los alumnos y alumnas del centro. Los autores de los murales fueron los alumnos de 1º y 2º de ESO bajo la guía de los profesores de los departamentos de lenguas del instituto. 
¡Bravo por todos ellos!





domingo, 10 de junio de 2018

Para que perdure: un libro de textos escritos por nuestros alumnos

Para que perdure es el título de un librito editado por el IES Aljada en el que se recogen textos escritos por los alumnos y alumnas del centro en los últimos años. Constituye una miscelánea de relatos, microrrelatos y textos expositivos de temas y tonos diversos, algunos de ellos ilustrados también por nuestros alumnos. 
Como señala Ana Mula, directora del centro, en el prólogo:
 "Este pequeño libro es el fruto de la creación, de la imaginación de nuestros alumnos y alumnas. Relatos escritos en momentos de intimidad o creados en las clases o en otras actividades del centro, relatos premiados por su mérito, porque han gustado a otros.
Los editamos para reconocer a sus autores y autoras y para agradecerles que hayan aceptado el reto que les proponen sus profesores y la apuesta personal de crear un texto amable para regalar a los demás".

Siste, viator ("detente, viajero"): disfruta de la lectura de algunos de estos textos...




Infancia y juegos. Paula Escudero Martínez


¿Te acuerdas de aquel tiempo, cuando las decisiones importantes se tomaban mediante un práctico “pito pito gorgorito a la era verdadera pim pom fuera”?.
 Se podían detener las cosas cuando se complicaban con un simple “no ha valido”. Los errores se arreglaban diciendo simplemente…”empezamos otra vez”.
            Tener mucho dinero, solo significaba poder comprarte un helado o una bolsa de chucherías a la salida del cole…
            Para salvar a mis amigos solo bastaba con un grito de “¡por mí y por todos mis compañeros!”.
            Siempre descubrías tus más ocultas habilidades a causa de un “¿a que no haces esto?”.
            No había nada más prohibido que jugar con fuego.
            “¡Tonto el último!” era el grito que nos hacía correr a todos como locos hasta que sentíamos que el corazón se nos salía del pecho.
            Los globos de agua eran la más moderna, poderosa y eficiente arma que jamás se había inventado.
            Recuerdo que la mayor desilusión era solo ser los últimos elegidos para el equipo del colegio.
            “Guerra” solo era arrojarse tizas y bolas de papel durante las horas libres en clase.
Todos te admiraban si lograbas cruzar la comba mientras saltabas.
            Todas esas cosas simples nos hacían felices, no necesitábamos nada más, solamente dos amigos con los que hacer el ganso todo el día…

         Todo era fácil. El mundo era un lugar pequeño que se reducía a nuestro querido baúl lleno de juguetes.
            Papá nuestro héroe, mamá nuestro ídolo.
            Si se tuviera que resumir en una palabra, esa sería inocencia…
            Inocencia al caerse un diente y dejarlo debajo de la almohada, al esperar un cinco de enero a los queridos Reyes Magos, a pensar que tan solo con decir “casa” podías parar cualquier cosa, a creer en cuentos de hadas, de princesas que besan sapos…
            ¿Recuerdas cuando nadie podía detenernos? Las bicicletas impulsadas por nuestros pies desnudos corrían a gran velocidad.
            Esquivábamos cada árbol pequeño u grande, cada piedra, cada caracol…pero ahora ya no estás…
¿Quién cuidará los hormigueros del parque?



NINFA NENÚFAR
Carmen López Navarro

Aquel museo estaba vacío. Nadie acudía allí a aquellas horas de la mañana; nadie, excepto Nina. Nina iba todos los días a la misma hora a ver y contemplar el mismo cuadro. Eran unos nenúfares. Para Nina ese cuadro era el más hermoso, cautivador y elocuente de todos. Solo constaba de tres nenúfares y un solitario espacio entre ellos.

Nina, cautivada por su delicadeza y hermosura, tuvo el impulso de tocar aquel cuadro. Quería sentir en su cuerpo aquellas hermosas flores. En el momento en que sus dedos rozaron el papel, unas garras tiraron del brazo de Nina haciendo que quedase impresa en el lienzo. Se había quedado encerrada eternamente en aquel hermoso cuadro.

A Nina le hizo mucha ilusión. Ya formaba parte del extraordinario cuadro que ella tanto amaba. Ahora los nenúfares no estaban solos. Tenían a una misteriosa  ninfa flotando junto a ellos.



BÚSCALE  HUECO
Rosalía  González  Hernández

                                                
L
a ventisca de nieve cada vez es más intensa. En el interior de la humilde cabaña, las chispas de la chimenea rompen el silencio que predomina durante toda la tarde. Sobre el suelo, una niña de apenas cinco años colorea las figuras que su abuela le ha dibujado anteriormente.
-        - ¿El sol es amarillo?
-       - Sí, cariño.
-        - Abuela, ¿y el árbol?
-       -  Verde, ese de ahí – señala uno de los lápices.
-        - ¿Y este? ¿Este para qué es?
La niña coge una cera negra. La mira extrañada y se la devuelve a la anciana.
-       -  No me gusta.
-         -¿No? Pero es igual que las demás. El negro es un color muy importante, aunque no lo creas. Verás:


“Cuenta una antigua leyenda que hace miles de años, cuando todavía no existía ni la más diminuta mota de polvo, dos seres inmortales gobernaban en la inmensa soledad del vacío. El dios Hacco intuía en la tristeza de su hijo que este se sentía terriblemente solo. Fue por eso que decidió crear un mundo donde poder distraer sus sentidos.
 Así que en apenas una semana, el laborioso trabajo de “La Creación” se puso en marcha. Poco a poco, los delicados movimientos que el dios realizaba con su dedo índice daban forma a un nuevo proyecto. Levantó montañas y marcó senderos; cavó gigantescos hoyos que más tarde rellenó con toneladas de agua; cubrió la tierra con árboles que formaron inmensos bosques; creó el viento, las nubes y el sol; el hielo y el fuego, así como el frío y el calor. Incluso se atrevió con algo que creían imposible: dar vida. Primero, empezando con los animales, inventó millones de razas, unas más grandes que otras, más poderosas, rápidas o fuertes. Unas de tierra y otras acuáticas, con alas o patas, plumas o pelo. Todas con características diferentes.
Más tarde, apareció la raza humana. Fue complicado hacer miles de réplicas, con distinto pensamiento y físico. Así que en esta última peculiaridad no puso tanto empeño. Un cuerpo esbelto para cada persona, de cabellos suaves y piel fina y pura.
Al séptimo día, cuando pensaban que todo estaba terminado, el niño planteó una duda a la que Hacco no había dado importancia.
-         -Padre, creo que falta algo.
El dios, pensando en las divinas creaciones que hizo para su hijo, no veía ningún fallo.
-       -  ¿De qué se trata, Zonder?
-        - Has creado un mundo de líneas y siluetas vacías. Un mundo sin contrastes.
¡Era cierto! Hacco había estado tan ocupado ideando seres, que se olvidó de darles profundidad y pigmentación. Pero el dios estaba demasiado cansado para ilustrar cada una de sus creaciones. Así que, con un último movimiento de dedo, hizo aparecer una caja de pinturas. La inmensa variedad de tonos que brillaban en el interior dejó boquiabierto al niño.
-        - Ahora te toca a ti. Puedes utilizarlos todos. Ve y colorea cada elemento como más te guste.
Zonder, sin pensarlo dos veces, salió al exterior y comenzó a cumplir órdenes de su padre. Tenía tantas gamas para utilizar, que se mostraba indeciso al intentar elegir solo una.

Con una gran pincelada cubrió de azul el cielo. El sol…, el sol sería amarillo. El más brillante que hubiera. Así iluminaría a todas horas y en todas partes. Utilizó al completo la paleta de verdes que tenía para darle color a los pinos, palmeras, tomillos y retamas…; las nubes blancas; el fuego anaranjado; y para los animales mezcló grises, ocres y marrones en su infinidad de tonos. Rojos, amarillos, púrpuras y celestes impregnaron los pétalos de las flores y dieron vida al campo. Sentía tanta emoción que se atrevió a utilizar todos los colores juntos y así vio brillar en el cielo un arcoíris inmenso… Hombres y mujeres lucían cabellos dorados, ojos  verdes, azules o acaramelados, con la tez pura y rosada.



Cuando el niño volvió junto a su padre, le entregó satisfecho la caja de pinturas. Todas estaban usadas, menos una.
-         -¿Y este? ¿Por qué no has utilizado el negro?
-         -No me gusta. Es demasiado oscuro y triste. Mires donde mires, es mejor encontrarse colores vivos y resplandecientes. Además, no encaja en ningún sitio.
-        - Como tú quieras, hijo. Esta labor era tuya y la has hecho maravillosamente.

Al cabo de unos días, donde antes rebosaba alegría y felicidad, ahora no había más que discusiones. Los animales se enfrentaban entre sí muy a menudo, las plantas se estaban marchitando, las personas se volvieron irritables… ¿Qué estaba pasando? El dios no había creado el odio, la muerte ni el desprecio.
Poco tiempo después, se dio cuenta del problema. Sin la oscuridad, los animales y las personas eran incapaces de conciliar el sueño. Estaban tan cansados que perdían el juicio. Y las plantas morían debido a la ausencia de negros nubarrones  que no dejaban caer la lluvia sobre ellas.

Así que, sin perder tiempo, Hacco volvió a entregarle las pinturas a su hijo para solucionar lo ocurrido. El niño creó las sombras, la oscuridad y la noche. En el cielo negro trazó una esfera albina, brillante, y millones de puntitos incandescentes. Así entre la opacidad siempre habría minúsculas bombillas encendidas que restarían temor a las tinieblas.
¿Y por qué no? Su osadía no encontraba límites y Zonder se atrevió a crear matices entre la raza humana, a través de la que esparció diversas pinceladas de tonos oscuros. Y se le antojó que eso era bello.  
La paz y la tranquilidad volvieron a gobernar en ese mundo en el que, a pesar de todo, cada cual tenía su sitio.”
                                                 Han pasado varias horas y ya ha caído la noche. La fuerte ventisca que antes golpeaba las ventanas ha cesado. Junto al fuego, la abuela acaba de narrar la historia de aquella leyenda tan mágica como cierta, mientras su nieta, que la ha estado escuchando, concluye su trabajo con satisfacción.
 La anciana acaricia repetidamente el rostro de la pequeña y no tarda en percatarse de que se ha quedado dormida. Con cuidado, la acurruca en el sofá y extiende una gruesa manta de lana sobre ella. Se arrodilla y recoge del suelo el dibujo de la niña. Al mirarlo, susurra suavemente para sí:
-        - ¿Ves, cariño? Todo tiene su hueco. Solo hay que saberlo encontrar.
 Y balaceando levemente la cabeza, no puede evitar sonreír.